Mi obra de teatro

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Este maravilloso proyecto busca desarrollar y potenciar las competencias orales y escritas, de las niñas a través de la producción escrita de un guión teatral y la puesta en escena del mismo.

Las hadas de las estaciones

Narrador. Hace mucho tiempo existían cuatro hadas llamadas: Primavera, Verano, Invierno y Otoño. Cada una de las hadas tenía su propio cetro mágico que controlaba su estación, también había una bruja llamada Emili que quería apoderarse del mundo de las hadas y para eso necesitaba los cuatro cetros de las hadas de las estaciones.

Primavera. ¿Chicas que les parece si hacemos una pijamada esta noche después de la cena?

Verano. Buena idea Primavera, empecemos a organizarla. (Emocionada)

Narrador. Mientras las hadas organizaban su pijamada la bruja Emili las escuchó e hizo un plan.

Bruja Emili. Cuando las hadas estén dormidas me llevaré sus cetros mágicos y podré apoderarme del mundo de las hadas.

Primavera. Chicas ya tengo un poco de hambre, qué tal si ya comemos.

Narrador. Cuando las hadas terminaron su cena fueron muy contentas a su pijamada.

Otoño. Chicas empecemos a jugar. (Emocionada)

Narrador. Las hadas escucharon a Otoño y todas se pusieron a jugar juntas.

Invierno. Chicas ya tengo un poco de sueño que les parece si ya nos dormimos.

Narrador. Todas disfrutaron mucho de la pijamada y terminaron muy cansadas, entonces se fueron a dormir. Mientras las hadas dormían la bruja Emili se llevó los cetros mágicos de las hadas. Al día siguiente…

Primavera. Chicas despierten se han llevado nuestros cetros. (Gritando asustada)

Narrador. Todas se despertaron asustadas por los gritos de Primavera.

Verano. Oh es verdad. Hay que ir a buscarlos.

Narrador. En ese momento Otoño vio unas huellas.

Otoño. De quién serán las huellas, las seguiré.

Narrador. Todas juntas fueron a buscar sus cetros mágicos por todo el lugar, mientras Otoño seguía las huellas y encontró un papel que tenía el plan del que se había llevado los cetros y también tenía el nombre y su destino.

Otoño. Si, regresaré para decirles quién fue la culpable. (Muy feliz)

Narrador. Cuando Otoño llegó les contó la buena noticia a todas y pensaron como atrapar a la bruja Emili.

Invierno. Tengo una idea, qué tal si la esperamos en su destino y la capturamos en una trampa.

Narrador. Todas estuvieron de acuerdo con la idea de Invierno, cuando llegaron pusieron la trampa y esperaron a que llegue la bruja Emili, cuando llegó la capturaron e hicieron que les devuelva sus cetros y la encerraron en una cárcel mágica.

Invierno. ¡¡Si !! Lo logramos, recuperamos nuestros cetros.

Fin

AUTORA: Nicole Gama Castillo

El borrador mágico

Narrador.  Hace muchos años, en un pueblo no muy lejano, vivía una familia muy pobre; conformada por Pedro, que ere el papá, y sus dos hijos; Ela y Pablo. Un día Pedro y sus hijos estaban en el comedor desayunando (dialogan entre ellos).

Narrador.  Al finalizar el desayuno Ela le dice a su papá.

Ela. ¿Papá podemos ir a jugar al sótano?

Papá.  Está bien hijos, pero tengan mucho cuidado porque no vaya a ser que se lastimen con algún objeto peligroso que encuentren por allí.

Narrador.   Ela y Pablo se dirigen al sótano, empiezan a jugar y les da la curiosidad de rebuscar en las cosas usadas. Cuando de pronto…

Ela.  ¿Qué será esto?

Pablo.  No lo sé.

Narrador.   Ellos encontraron un borrador y una libreta en la que decía…

Ela.   ¡CUIDADO! podría causar graves consecuencias. UHHH ¿Por qué estará escrito eso?

Pablo. UHHH… eso, ¿qué querrá decir?

Ela.    ¡Te parece si dibujamos a nuestro papá!

Pablo. Está bien (con voz temerosa), perooooo trata de no equivocarte, es un regalo (con voz entrecortada).

Narrador.    Los niños dibujaron a su padre, pero de pronto…

Ela. ¡Upsss!, me equivoqué (voz de preocupación), Pablo ¿me pasas el borrador?

Pablo.  Claro Ela.

Narrador. Ellos borraron una parte del dibujo y luego decidieron borrarlo todo, hasta que escucharon un grito que provenía del comedor, subieron rápidamente las escaleras, caminaron por el hall, cruzaron la sala para ingresar al comedor ¡oh, sorpresa!, su padre había desaparecido.

Ela y Pablo. ¡Dónde está nuestro padre!, papá, papá, papá (con voz de preocupación y gritando).

Narrador. Buscaron por aquí, buscaron por allá, buscaron por todos lados, pero no había luces de su padre, entonces decidieron ir a buscarlo.

Pablo.   Vamos a averiguar qué ha pasado (pensativo pero seguro).

Ela. Ok (preocupada).

Narrador.  Entonces decidieron investigar lo que ha pasado, en ese momento descubrieron…

Ela. ¡La libreta, el borrador! (con voz de asombro).

Pablo. ¡Y lo que decía en la libreta!

Ela y Pablo. ¡Sí eso es!

Narrador. Se dirigieron rápidamente al sótano, estaban muy preocupados porque su padre estaba perdido y decidieron ir a su encuentro.

Pablo.  Ela tenemos que ser valientes y salvar a nuestro padre en el lugar dónde se encuentre (con voz enérgica y firme).

Ela. Tengo una idea, ¿te parece si nos dibujamos y luego nos borramos?

Pablo.  Claro, ¡Ela esa es la solución!

Ela. Pero, sólo fue una idea (nerviosa).

Pablo. ¿Estás nerviosa?

Ela. Por supuesto que estoy nerviosa, es algo muy peligroso.

Pablo. Tranquila hermana es necesario ir a buscarlo, así sabremos hacia dónde se fue.

Ela. Ok, lo haré por mi padre.

Narrador. Ellos pusieron en marcha su plan, se dibujaron y luego se borraron, cuando de pronto se desvanecieron, llegando al más allá.

Ela y Pablo.  ¡¡¡¡Papááááááááá!!! (Gritando)

Papá. Hijos míos, que alegría verlos, estaba muy asustado y preocupado porque no sabía dónde estaba y ustedes ¿Cómo llegaron aquí? (voz entrecortada).

Narrador.  Entonces Ela y Pablo le contaron lo que había sucedido.

Ela. Y eso fue lo que pasó, estoy muy feliz de verte, PEROOOO… ¿CÓMO REGRESAREMOS?

Pablo.  Uhhhhhhhhhhh, no lo sé y ahora ¿Cómo regresaremos a nuestra casa?

Narrador.  Ellos estaban preocupados, no sabían que hacer, hasta que de pronto…

Papá.  ¡TENGO LA SOLUCIÓN!, primero nos dibujaremos y luego nos borraremos, pero esta vez será con el borrador normal.

Narrador. La idea del papá funcionó y ellos regresaron a casa contentos y sanos.

Fin

AUTORA: Illary Casas Ccasa

¿Quién es la bruja?

Narrador. En un castillo vivían un Rey y una Reyna, los reyes estaban felices por el nacimiento de su hija, a quien esperaron con mucha ilusión. Al pasar los años su hija se convirtió en una hermosa princesa.

Reyna. Hija, te queremos mucho. (Mirándola con ternura)

Rey. Ha pasado mucho tiempo, ya estás grande, toda una bella princesa.

Princesa. ¿Mamá, papá me puedo ir a jugar? (Saltando)

Reyna. Sí, claro hija, ve con cuidado.

Narrador.  Minutos más tarde los reyes, vieron en la tele que había brujas sueltas. (Preocupados)

Reyna.   Mira hay brujas sueltas.

Rey. Hay que cuidar mucho a nuestra hija, porque las brujas se la pueden llevar.

Reyna.   ¡No dejaré que salga de su cuarto, hija ven! (alterada)

Princesa.  ¿Dime mamá? ¿Qué pasó?

Reyna.   Hija hay brujas sueltas, no debes salir de tu cuarto.

Princesa. ¡Mamá yo quiero salir!, no me quiero quedar aquí sola.

Reyna.  Es por tu bien hija mía.

Narrador. La princesa, decidió escaparse por la ventana, pues no deseaba quedarse en su cuarto.

Princesa. Por fin después de tantas horas podré irme. (Sonriente)

Narrador. Pero la princesa no sabía que se arrepentiría. Horas más tarde la princesa estaba tan cansada y muy sedienta, así que tocó la puerta de la casa más cercana.

Abuela. ¿Si quién es?

Princesa. Hola soy la princesa me podría dar un vaso de agua por favor. (Agitada)

Abuela. Sí claro, espérame. Es la princesa no sabe lo que le espera. (Con voz malévola)

Aquí tienes (le da el vaso)

Princesa. Muchas gracias.

Narrador.  Cuando la princesa se tomó toda el agua se quedó dormida.

Bruja. ¡Princesa!… ¡Princesa!… Al fin se quedó dormida. (Entrelazando las manos)

Narrador. Cuando la princesa despertó, estuvo en un lugar con luces verdes.

Princesa. ¿En dónde estoy? ¡No estoy en mi casa! (Gritando)

Narrador. Los padres de la princesa estaban preocupados y llamaron a una niña que era Maga.

Reyna.  ¿En dónde está mi hija?

Niña. Lo averiguaré.

Narrador. Así que la niña abrió un portal para averiguar en donde estaba la hija de los reyes.

Niña. Señores su hija está en otro mundo, pero no se preocupen yo la voy a sacar.

Reyna. Tienes 24 horas para sacarla. (Alterada)

Narrador. La niña sacó del portal a alguien, pero no era la hija de los reyes, era una bruja malvada, a quien le sacó todo su poder, pero esta bruja amenazó con volver en 100 años en ese momento apareció la princesa.

Princesa. Mamá ¡Qué bueno que ya estoy con ustedes no los volveré a desobedecer!

Fin

AUTORA: Adriana Salinas Manrique

La lluvia de los poderes mágicos

Narrador. Hace muchos, muchos años, en un pueblo muy lejano, en las afueras de Nueva York, vivía una pequeña familia, conformado por la mamá y sus 2 pequeñas hijas, Charly, era la hermana mayor y Helen, la hermana menor.

Una tarde muy oscura, empezó a llover y las niñas inquietas querían salir a jugar.

Helen. Mamá, ¿podemos salir a jugar mi hermana y yo? (muy alegres).

Mamá. Está bien, pero no se alejen de la casa ¡Está lloviendo mucho!

Charly. Ok, mamá yo cuidaré de mi hermanita.

Narrador. La mamá accedió y las niñas salieron a jugar al patio, que se encontraba cerca del bosque.

Charly jugaba alegre con la lluvia sin darse cuenta, de que Helen se internaba en el bosque en busca de más charcos de agua.

Charly. ¡Dios mío! ¿Helen dónde estás? no puede ser, le prometí a mamá cuidar de ella y el bosque está muy oscuro. (Angustiada)

¡Helen! ¡Helen!, no te alejes ¡voy por ti! (gritando fuertemente).

Narrador. Entonces Charly, también entró al bosque oscuro y lluvioso en busca de Helen.

Helen. ¡Qué charcos más brillantes! creo que más adelante encontraré los más grandes.

Narrador. De pronto la pequeña Helen se topó con una silueta oscura, alta y muy delgada.

Helen. ¿Charlie eres tú? (temerosa).

Adrián. ¡Pero qué pequeña tan linda!, dime ¿Esta pérdida? (entrelazando sus manos).

Narrador. Helen se había encontrado con el ser más siniestro del bosque.

Adrián. Yo soy Adrián y este bosque es todo mío.

Helen. Señor Adrián, usted me asustó ¿qué hace solo en este bosque?

Adrián. Yo soy un científico muy famoso y estoy probando mis últimos inventos. ¿Quieres participar? (mostrando una gran sonrisa).

Narrador. En ese momento, se escucharon unos pasos que se acercaban.

Charly. ¡Helen por fin te encontré! no te acerques a ese señor ¡ven conmigo ahora mismo! (con temor y enojo).

Adrián. No pueden salir de este bosque sin probar mi nuevo invento (con voz siniestra).

Narrador. El científico loco lanzó unos polvos brillantes hacia el cielo en el mismo instante se escuchó un trueno tremendo.

Las niñas comenzaron a correr hacia su casa mientras los perseguía el científico loco.

Adrián. No podrán salir de este bosque sin probar mi nuevo invento jajaja (con risa siniestra).

 Helen. Charly tengo miedo está lloviendo más fuerte (con voz temblorosa).

Charly Es verdad Helen ¡falta poco para llegar a casa! (preocupación).

Está lloviendo es muy extraño; veo muchos colores, brillos y muchas luces.

Narrador. Llegaron rápidamente a casa y cerraron la puerta.

Mamá. ¿Niñas son ustedes?

Charly y Helen. Sí mamá ya volvimos.

Helen. ¡Ay! tengo mucha hambre que me comería este lápiz.

Narrador. Dijo Helen levantando un lápiz de su escritorio que al instante se convirtió en un pastel.

Helen. ¡Qué rico! … ¿pero cómo es posible? (sorprendida).

Charly. Tal vez es culpa del científico y esos polvos.

Narrador.  Charlie tomó un cuaderno y dijo:

Charly. ¡Tengo mucha hambre me comería este cuaderno!

Narrador.  Al instante el cuaderno se convirtió en un sándwich enorme.

Charly. ¡Tenemos poderes mágicos podemos convertir objetos en comida! (emocionada).

Helen. ¡Es verdad! ese científico loco nos dio poderes mediante su lluvia llena de brillos y colores.

Charlie. Ahora podemos ayudar a mamá y no volveremos a pasar hambre.

Helen.  ¡Es verdad!

Narrador. Y así fue que vivieron felices, convirtiendo rocas y ramas en alimentos con sus nuevos poderes.

¿Qué hubieras pedido tú?

Fin

AUTORA: Luhana Mengoa Fernández

La mujer desaparecida

Narrador. Un día por la mañana Tifani estaba en su casa con sus amigas; Noelia, Antonella y Rafaela.

Tifani. Chicas me alegra que hayan podido venir.

Noelia.  A mí también me alegra mucho, una pregunta ¿Qué vamos hacer?

Tifani. Yo estaba pensando ver una serie ¿Qué les parece?

Rafaela. A mí me gusta, pero ¿Cuál?

Tifani. ¿Qué tal si vemos el Juego del Calamar?

Narrador. Entonces las amigas empezaron a ver la serie. De pronto escucharon unos gritos.

Noelia. Chicas que es eso. (Muy asustadas)

Antonella. Creo que viene de afuera miremos, por la ventana para ver lo que sucede.

Narrador. Las amigas miraron por la ventana y no se imaginan lo que vieron…

Tifani. No puede ser, es una sombra que se está llevando a las personas. (Aterradas)

Noelia. Si, ¿A dónde se las llevará?

Rafaela. Mejor nos vamos a dormir, para ver si esto pasa.

Tifani. Buena idea Rafa, chicas voy a preparar algo me acompañan.

Antonella. Si.

Narrador. Tifani decide ir al baño y en ese momento se escucharon nuevamente unos gritos, fueron a ver qué sucedía y se dieron con la sorpresa que Tifani no estaba, todas se asustaron y se encerraron en el cuarto. En ese momento la sombra malévola quiso llevarse a Tifani, pero no pudo.

Rafaela. Chicas debemos buscar a nuestra amiga. (Desesperada y angustiada)

Narrador. Todas la buscaron y felizmente la encontraron. Tifani estaba desmayada, pero por suerte la pudieron despertar y es así que les contó todo lo que había sucedido.

Fin

AUTORA: Luana Reyna Pastor

El rencor

Narrador. Una tarde que parece nunca acabar, Kiri se encontraba desesperada por salir de la clase porque sabe que, mientras más larga sea, más dolor tendrá. Ella logra escapar de la clase lo antes posible, únicamente pensando en abrir la puerta de su casa y olvidarse de todo. Mientras tanto un chico llamado M.M la busca como hacerle daño, por todo el rencor que ha guardado por años.

Kiri. Ya casi, ya casi Kiri, solo cruza la calle y llegarás a casa. (Agitada)

Ahhh ya, ya llegué ya no más lápices o bolis en la espalda. (Pensativa)(Aliviada)

Narrador. M.M la busca y piensa:

M.M. ¿Dónde está la he buscado por toda la ciudad? (Pensativo y furioso)

Narrador. Iban pasando los días y esos días se volvían en semanas y esas semanas se volvían meses. Por más que todos sabían que Kiri era lastimada, nadie hacía nada al respecto, excepto la profesora de literatura, quien habló con la directora.

Profesora. Señora directora, M.M, viene molestando a Kiri constantemente.

Directora. Los padres se tendrán que hacer cargo del problema.

Profesora. ¡Pero podemos ir haciendo algo al respecto!

Directora. ¡Si sigues discutiendo en algo que ya tiene respuesta serás despedida!

Profesora. Perdón señora directora no volverá a pasar. (Asustada)

Directora. Eso espero.

Narrador. Ella sabía que no se podía quedar de brazos cruzados e iba a hacer algo tarde o temprano. Al día siguiente la profesora va la casa de Kiri y toca la puerta.

Kiri. ¿Quién es?

Profesora. ¿Kiri? soy la profesora de literatura.

Kiri. Pase, pase, perdón por la espera.

Profesora. ¿Cómo has estado Kiri?

Kiri. Bien y usted profe.

Profesora. Kiri no me mientas yo sé por lo que estás pasado.

Kiri. ¿De verdad? (Asombrada)

Profesora. Sí, yo sé que es difícil, pero lo tienes que afrontar.

Kiri. Pero no sé cómo. (Triste)

Profesora. Yo tampoco, bueno ya veremos.

Narrador. Se quedaron horas hablando del tema.

Kiri. Ok, bueno cuídese profesora.

Profesora. Igualmente, Kiri, chau.

Kiri. Chau.

Narrador. A la siguiente semana M.M dejó de molestar a Kiri y ella estaba asustada porque pensaba que le iba a hacer algo peor.

Kiri. ¿Qué me pensará hacer? tal vez golpearme o insultarme.

Narrador. Saliendo del instituto M.M la siguió. Cuando Kiri se sentó en una banca la agarró de los hombros y le dijo.

M.M. Perdón Kiri perdón, perdón por lastimarte desde que fue el accidente de la bicicleta, guardé rencor hacia ti mirando mi cicatriz todos los días por más que sabía que fue un accidente.

Narrador. Kiri se acordó del accidente. Era cuando ellos eran muy pequeños y buenos amigos, pero hicieron una competencia y Kiri volcó la bicicleta metiéndose en el carril de M.M y él estuvo un mes en el hospital, fue el peor mes de su vida.

Kiri. Perdón por haber volcado tu bici y haberte ocasionado dolor. Por favor volvamos a ser amigos.

M.M. Claro que si Kiri eso mismo te iba a pedir.

Fin

AUTORA: Gianella Chávez Núñez

El banli y el hechizo

Narrador. Hace muy poco tiempo había un banli, un ser parecido a un ogro, pero pequeño y menos feo llamado Lucas que vivía en un castillo cerca de un bosque donde también vivía una hechicera. Un día Lucas fue al bosque y se encontró con la hechicera.

Banli. Hola hechicera, holaaaa contéstame (con insistencia).

Hechicera. No me molestes (enojada).

Banli. Dime hola hoolaaaa.

Hechicera. ¡No me molestes! (le lanza un hechizo con las manos).

Narrador. Después de que le lanzara el hechizo Lucas se volvió un príncipe.

Banli. Gracias yo siempre quise ser un príncipe (muy alegre).

Hechicera. Espera un momento si alguien se enamora de ti volverás a ser un banli.

Banli. ¡Ay no puede ser! (triste).

Narrador. Un día mientras Lucas estaba en el castillo, como todo un príncipe, pasó Dili, una chica de la misma edad que él.

Dili. Uhmm un castillo voy a entrar.

Narrador. Lucas vio a Dili que entraba y la quiso encerrar.

Banli. ¿Cómo puedes entrar sin permiso? (gritando y enojado).

Narrador. Lucas se acercó a Dili y la encerró.

Dili. Déjame no ves que eres un príncipe (intentando liberarse).

Narrador. Dili se enamoró del príncipe y Lucas se volvió el banli que siempre fue. En ese momento llegó la hechicera e hizo algo malo.

Hechicera. Ya vi que eres un banli de nuevo, ahora vas o ser un gato.

Narrador. Mientras tanto el padre de Dili llamado Mateo estaba muy preocupado por Dili y llamó a Agus el hermano de Dili, para que la vaya a buscar.

Mateo. Agus ve a buscar a tu hermana.

Agus. Ya papá voy.

Narrador. Felizmente Agus pudo encontrar a su hermana.

Dili. Agus ayúdame por favor.

Agus. Ya Dili, pero ¿qué pasó?

Dili. A un amigo lo convirtieron en un gato, llama a papá por el celular y dile que venga rápido.

Narrador. Agus llamó a su papá y le dijo que venga rápido.

Dili. Agus, papá vamos a la cabaña de la hechicera en el bosque para liberar a mi amigo (muy alterada).

Narrador. Dili, su papá y su hermano Agus fueron a liberar a Lucas, ya que su papá era un mago muy bueno. Cuando llegaron liberaron a Lucas y Mateo le lanzó un hechizo.

Mateo. Drin, dran, drun ¡En un príncipe te convertirás!

Narrador. Así lograron contrarrestar el hechizo de la hechicera malvada.

Mateo, Agus, Dili. ¡Lo logramos! (emocionados).

Narrador. Finalmente, Dili y Lucas, se conocieron mejor y vivieron juntos y felices por siempre.

Fin

AUTORA: Daniela Acevedo Mamani

La princesa perdida

Narrador. Una vez en el reino Hawkins en 1983, vivía una princesa llamada Jane, quien odiaba a su padre. En ese mismo reino, también vivía un príncipe llamado Mike que se quería casar con la princesa.

Rey. ¡Ese príncipe no se casará con mi hija, cierren las puertas! (muy enojado).

Princesa. No cierren por favor yo quiero salir (enojada y llorando).

Rey. Hija lo hago por tu bien.

Princesa. ¡Nooo! (enojada).

Rey. Lo tengo que hacer hija.

Princesa. ¡No!

Narrador. La princesa muy enojada se subió a su cuarto y empezó a llorar.

Princesa. Mi padre me quiere encerrar (triste).

Rey. ¿Hija puedo entrar?

Princesa. ¡NO! (enojada)

Rey.  ¿Por qué?

Princesa. ¡Porque no! (enojada)

Rey. Jane entiende que…

Princesa. ¡Ya lo sé eres malo nunca me dejarás salir!

Rey. Está bien (se va).

Princesa. Me escaparé porque mi padre es malo.

Narrador. La princesa puso una soga en su ventana y bajó mientras el rey estaba durmiendo.

Princesa. Ya bajé, ahora sacare la soga para que los guardias no se den cuenta.

¿Oh dónde estoy?

Max. ¡Ey hola! ¿Qué haces en mi casa? (confundido).

Princesa. Hola, es que estaba en el bosque y me perdí.

Max. Ah ya veo ¿Cómo te llamas?

Princesa. Yo me llamo Jane ¿y tú?

Max. Yo me llamo Max ¡Jane escóndete! (gritando).

Princesa. ¿Por qué?

Max. Solo escóndete es una larga historia.

Princesa. Está bien.

Guardias. Hola ¿Ha visto a la hija del rey? se llama Jane.

Max. No, no la vi.

Guardias. Ah disculpe la molestia.

Max. No se preocupe.

Narrador.  Max confundido le pregunta a la princesa.

Max. ¿Jane eres la princesa?

Princesa. Si

Max. ¿Entonces te escapaste? (confundido rascándose la cabeza)

Princesa. Si

Max. ¿Tu padre se llama Jim Hopper?

Princesa. Si

Max. Jane no te debiste escapar, deberías hablar con tu padre.

Princesa. Oh nunca lo pensé así, gracias.

Max. De nada, ahora ve tu padre te espera.

Narrador. Ellos se despidieron con un abrazo y cuando la princesa llegó al palacio, habló con su padre, llegando a un acuerdo y es así que se pudo casar con el príncipe Mike.

Fin

AUTORA: Ana Lucía Matto Yáñez

Lina y el pueblo perdido

Narrador. Hace dos años una niña tuvo una aventura en lo profundo de la selva del Perú, esa niña se llamaba Lina. Ella vivía en Iquitos con su familia en una casa hecha de madera que la construyeron entre todos.

Lina. ¡Qué bonito es estar en Iquitos! (contenta).

Mama. Lina, entra a la casa.

Narrador. Pero antes de que Lina entre, ella llamó a los pájaros, pues podía hablar con los animales. Cuando llegó la noche comenzó a llover tan pero tan fuerte que hasta hubo un huaico.

Lina. ¡Oh no el huaico destruirá mi casa! (asustada).

Mamá. Debemos ir a la cima de la casa o vamos a ahogarnos hija (asustada).

Narrador. Pero el huaico con toda la fuerza ya se la había llevado a Lina, por suerte Lina se subió a un tronco.

A la mañana siguiente Lina despertó en la Selva y cuando se levantó se quedó quieta porque un jaguar la estaba mirando.

Jaguar. ¡Qué delicioso, una niña! (contento).

Lina. ¡Auxilio, un jaguar! (asustada).

Narrador. Pero cuando el jaguar se la iba a comer, los amigos de Lina la salvaron. Sus amigos eran un mono y un tucán.

Lina. Muchas gracias amigos.

Jaguar. Bueno, no te comeré pues el huaico se está acercando al pueblo perdido y es ahí a donde iré a comer (enojado).

Lina. ¡Hay que seguirlo pues se comerá a las personas! (decidida y preocupada).

Narrador. Así Lina y sus amigos pudieron llegar al pueblo perdido. Pero el pueblo no era de humanos, sino que ¡era de cuyes!

Lina. No es de humanos el pueblo, no quiero que se los coma a los cuyes (asombrados y tristes).

Tucán.  No te preocupes el huayco es en la noche y ahora es de mañana.

Narrador. Con lo que dijo el tucán, Lina se llenó de valor y juntó a todos los cuyes levantó la voz y les dijo:

 Lina. ¡Atención cuyes un huaico habrá en la noche y debemos evacuar! (decidida).

Mono. ¡Un jaguar está esperando el huaico para comernos! (asustado).

Narrador. Los cuyes se asustaron y empacaron para evacuar. Llegó la tarde y con ella el jaguar, vio a Lina y saltó hacia ella muy enfurecido, al ver esto los cuyes la defendieron con todas sus fuerzas.

Lina. ¡Corran, yo me encargo del jaguar! (muy decidida).

Narrador. Lina venció al jaguar y salvó a los cuyes. Los pájaros que eran sus amigos la vieron y la guiaron de regreso con su familia que estaba preocupada por ella y así ella les contó su gran aventura con sus amigos los cuyes.

Fin

AUTORA: Andrea Rivera Cahuana

Juntos todo se puede

Narrador. Había una vez una chica llamada Anna, que vivía en Miami, ella era muy buena bailarina, le gustaba hacer Tik Tok, estaba tanto tiempo con el celular que ya no se juntaba con nadie.

Anna. ¡Qué feliz estoy bailando! podría bailar todo el día yo sola sin ayuda de nadie (con alegría y emoción).

Papá. Anna creo que ya deberías dejar el teléfono, te vas a malograr los ojos. ¿No sería mejor que te juntes con tus amigas? (preocupado).

Anna. No papá, estoy bien acá (con seguridad).

Narrador. En la tarde, Anna estaba pensando lo que le dijo su papá y se dio cuenta que en realidad sí extrañaba a su mejor amiga.

Anna. Papá, mamá me siento triste porque ya no me junto con mi mejor amiga (muy triste).

Mamá. No te preocupes vamos a buscar una solución.

Papá. Hija, para todo hay solución vamos a encontrar la mejor manera de solucionarlo (tocándole el hombro).

Anna. Ok, hay que pensar como lo podemos solucionar (pensativa).

Narrador. Toda la familia estaba pensando cómo podían solucionar el problema, entonces al papá se le ocurrió una idea.

Papá. Se me ha ocurrido una idea, qué tal si hacemos una academia de baile y ahí también podrías hacer Tik Toks (entusiasmado).

Anna. Sí papá, es una buena idea. ¿También lo puedo hacer con mi mejor amiga no? (muy feliz).

Mamá. Sí hija, por supuesto, lo puedes hacer con las personas que tú quieras.

Anna. ¡Qué estamos esperando! (coge el teléfono).

Anna. Voy a llamar a Violetta para que me ayude.

Narrador. Anna tenía miedo de que su amiga ya no quiera hablar con ella, pero fue valiente, la llamó y le contó sobre la idea de la escuela de baile.

Violetta. Anna la idea que tuviste me ha gustado mucho y me encantaría ayudarte. Gracias por llamarme.

Narrador. Cuando Anna habló con Violetta se puso feliz porque le dijo que si quería ayudarla en su idea. Y con ayuda de la tecnología pudieron hacer conocida la academia.

Anna. Estoy muy feliz por mi academia, la cual con ayuda de mi familia y mi mejor amiga ha sido posible, espero que mucha gente venga (feliz bailando).

Fin

AUTOR: Adriana Galdos Zeballos

Cuidemos nuestra tierra

Narrador. Hace muchos años, vivía una niña muy feliz llamada Mariana, ella nunca veía el lado malo del mundo, lo que no sabía era que algo inesperado iba a suceder. Un día Mariana salió a caminar por el parque …

Mariana. ¡Qué lindo este, tengo que disfrutar cada instante! (Feliz)

Narrador. Un minuto más tarde, vio a una niña arrojar basura al césped.

Mariana. ¡Oye! ¡No! (Gritando) Hola soy Mariana. (Suspirando)

Gabriela. Soy Gabriela.

Mariana. Por favor, no arrojes basura, hay que cuidar el medio ambiente. (Triste)

Gabriela. Sí claro bla, bla, bla.

Narrador. Después de ello, Mariana siguió caminando mientras veía como muchas personas arrojaban basura, entonces fue a decirles a sus dos mejores amigas, Sofía y Andrea.

Mariana. Hola Sofía, hola Andrea. (Muy triste)

Sofía. ¡Hola!

Andrea. ¡Hola!

Mariana. Les tengo que contar algo muy triste. (Preocupada)

Andrea. Pues cuéntanos, somos tus amigas.

Narrador. Entonces, Mariana les contó a Sofía y Andrea lo que había visto.

Mariana. ¿Tienen una idea de qué podemos hacer para que las personas no arrojen basura en las calles?

Sofía. Creo que ya sé, podemos poner muchos carteles que digan ¡No arrojen basura al piso, pero a los tachos SI!

Mariana. ¡Qué buena idea! Hay que hacerlo. (Alegre)

Narrador. Esa misma mañana, Mariana, Sofía y Andrea se pusieron a hacer los carteles para ponerlos en las calles.

Sofía. Listo Mariana, terminamos de poner los carteles. (Suspirando)

Mariana. Ahora sólo hay que esperar unas horas para ver los resultados.

Narrador. Unas horas más tarde….

Mariana. Es ahora chicas, veamos si funcionó.

Sofía. No puede ser (sorprendida) ¡Hay más basura que antes!

Andrea. Bueno, lo intentamos.

Sofía. Si Mariana, lo intentamos.

Mariana. No Andrea, no Sofía, no hay que rendirnos.

Sofía. ¿Qué no entiendes que fallamos? (Gritando) no sé lo que hagan ustedes, pero yo me voy. (Enojada)

Mariana. No Sofía. (Triste)

Andrea. Yo también me voy. (Enojada)

Mariana. ¡Nooooo! (Triste) tengo que hacer algo.

Narrador. Fue entonces cuando Mariana tenía un plan al que no le tenía mucha fe, se subió a una colina y dijo unas palabras muy motivadoras.

Mariana. Oigan todos, ¡Mírenme! ¡Escúchenme! ¡Aún hay tiempo para salvar nuestro planeta! ¡Cuidémoslo, es nuestra casa! ¡No arrojemos basura, sembramos más árboles! ¡No contaminamos a nuestra madre tierra!

Gabriela.  Lo siento Mariana, tenías razón, no hay que contaminar el medio ambiente.

Sofía. Mariana, es verdad que no hay que rendirnos nunca.

Andrea. Lo sentimos. (Se abrazan las tres)

Mariana. ¡Ven Gabriela! Ahora nos podrás ayudar a cuidar el medio ambiente.

Gabriela. ¡Siiiiiiii!

Narrador. Las personas que escucharon a Mariana se dieron cuenta que tenía razón, se comprometieron a cambiar sus hábitos para tener una ciudad limpia y un mundo mejor.

Fin

AUTORA: Luhana Lazo Lovatón

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